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Un estudio revela las ventajas para la salud de ser creyente y de asistir a celebraciones religiosas

Otro estudio revela que la oración puede ayudar a curar las enfermedades

ReL 13 agosto 2010

El pasado junio de 2010, la web de Science and Theology News informaba que investigadores canadienses e israelíes habían hallado que la práctica religiosa puede retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer. «Hemos aprendido que los pacientes de Alzheimer con un nivel alto de espiritualidad o con un nivel alto de religiosidad pueden tener una progresión en el deterioro cognitivo significativamente más lenta», afirmaba el autor del estudio, el doctor Yakir Kaufman, director de neurología en el Sarah Herzog Memorial Hospital de Jerusalén.  

Los resultados se presentaron en el encuentro anual del 2005 de la Academia Americana de Neurología. «Este trabajo coincide con los últimos estudios que muestran que la oración, la espiritualidad o la religiosidad están relacionadas con una mejor salud mental y física», comentaba el doctor Michael Rayel, jefe de psiquiatría en el Dr. G. B. Cross Memorial Hospital de Clarenville, Newfoundland. Los investigadores valoraron a 68 personas de entre 49 y 94 años. Los datos revelaban que altos niveles de religiosidad y las prácticas religiosas privadas estaban relacionadas, de modo significativo, con índices menores de deterioro cognitivo».

Menos depresión y estrés

Pero si la actividad espiritual ralentiza el Alzheimer de modo más efectivo que otros tipos de actividad mental, puede ser la «cuestión de los 64.000 dólares», advertía el profesor de radiología de la Universidad de Pennsylvania, el profesor Andrew Newberg. «Últimamente se ha convertido en una de las grandes cuestiones si los investigadores pueden diferenciar los efectos positivos de la espiritualidad de los de otras actividades». En el mismo encuentro, otro grupo de investigadores, de la Universidad de Chicago, informaba que los afroamericanos que creen profundamente en Dios eran menos proclives a estar deprimidos que los no creyentes, informaba el 14 de abril de 2010 el Chicago Sun-Times. En la misma línea, el doctor Harold Koenig, del Centro para la Espiritualidad, la Teología y la Salud de la Universidad Duke, afirmó que la religión ayuda a proporcionar un sentido de esperanza, paz y bienestar, que a su vez, puede reducir las hormonas estresantes que dañan la salud. El artículo del Sun-Times observaba, no obstante, que el doctor Richard Sloan de la Universidad de Columbia alberga dudas sobre los informes. Afirmó que muchos estudios sobre religión y salud «contienen vacíos metodológicos significativos que vuelven sospechosas sus conclusiones».

Clase de religión en las facultades de Medicina de Estados Unidos

Pero la posibilidad de un efecto positivo está recibiendo una mayor atención por parte de los médicos. Dos tercios de las 125 facultades de Medicina de Estados Unidos incluyen ahora cursos sobre espiritualidad y fe, en comparación con sólo tres de ellas en 1992, según la página web de la John Templeton Foundation. La fundación financia investigaciones sobre el área de espiritualidad y salud. Asimismo, anualmente concede premios en metálico a las facultades de Medicina de Estados Unidos para animar el desarrollo, enseñanza y evaluación de cursos que examinen el papel integral de la fe y la espiritualidad en el cuidado del paciente.  

Algunos estudios apuntan a una reducción general en el riesgo de muerte de aquellos que asisten a oficios religiosos al menos una vez a la semana, informaba el 3 de mayo de 2010 el Wall Street Journal. Los estudios han recibido poca atención debido al escepticismo entre los científicos, observaba el Journal.  

Con este estudio se confirma una vez más los beneficios tanto espirituales como físicos de aquellos que poseen creencias religiosas y practican la espiritualidad.

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Una investigación de la Universidad de Indiana revela que la oración puede ayudar a curar las enfermedades y muestra «mejoras sorprendentes» en los pacientes cuando se reza por ellos

6 agosto 2010

Lo sugieren los investigadores del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Indiana, en Bloomington (Estados Unidos). Su estudio demuestra que los pacientes presentan «mejoras sorprendentes» si se reza por ellos. Y aún más, la efectividad de la oración es proporcional a la cercanía del paciente. Rezar además en contacto físico con el enfermo puede ser, según observa este estudio, una eficaz mano de santo.

Tras analizar a 14 personas con discapacidades auditivas y a otros 11 con problemas de visión, se observó una mejoría en sus deficiencias tras haber recibido una oración de intercesión cercana. Por poner ejemplos, dos personas con problemas de oído mejoraron su audición, mientras que otros tres pacientes mejoraron sus dioptrías. Y aún hay más. Para los hombres de poca fe, el autor de la investigación, el profesor Candy Gunther Brown, explica que una anciana que era incapaz de contar los dedos de una mano en alto fue luego capaz de contarlos tras recibir un prolongado abrazo al mismo tiempo que rezaban por ella.

Oraciones especializadas

Según publica la revista Southern Medical Journal, los resultados del estudio han mostrado grandes mejoras en pacientes de zonas rurales de Mozambique, donde gafas y audífonos son más inaccesibles. En este país tienen una fuerte presencia la iglesia pentecostal, un movimiento evangélico derivado del protestantismo, cuyos fieles acostumbran a rezar por las curaciones de sus allegados. Su grado de motivación es tal que han llegado a crear grupos de oración especializados para cada tipo de enfermedad.

«El rezo puede ser terapéuticamente beneficioso», sobre todo «cuando los tratamientos médicos convencionales son insuficientes o inaccesibles», afirma el profesor Brown, en referencia a quienes no presentan devoción por este tipo de curaciones.

Atribuyen la curación de una joven estadounidense con cáncer terminal al fundador de los marianistas